Thursday 6 August 2015

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN HITLER, O DE CÓMO ÉL NO COMENZÓ LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Cierto día en una de esas reuniones de adulto contemporáneo, en las que se discute el Tractatus Lógico de Wittgenstein y el último episodio de Laura en América, la plática se inclinó por razones desconocidas hacia la figura de Hitler como primogénito de Satán; y no es por presumir, pero Hitler y la Segunda Guerra Mundial es uno de los temas que más he investigado porque me apasionan profundamente, pero no más que discutir con ignorantes. Así pues, durante mi férrea defensa de Hitler, mi contrincante por cuestiones desconocidas, terminó llorando de rabia y profiriendo palabras hacia mi persona que no puedo repetir por cuestiones de autoestima. Sin embargo, me hizo reflexionar seriamente acerca de lo que llamamos “nuestra realidad”, y me recordó una frase de Morfeo en The Matrix. Tienes que entender que la mayoría de las personas no están listas para ser liberadas, y muchos de ellos están tan habituados al sistema que pelearán para protegerlo.


Morfeo


Imaginen esta escena: Hitler, en su despacho de Berlín, observa de lejos su globo terráqueo, se acerca con sigilo y le rodea, lo toma ente sus manos, lo acaricia tiernamente, a la vez que murmura, emperador del mundo, lanzando inmediatamente después una risa maliciosa echando su cabeza hacia atrás (gracias Chaplin). En efecto, durante toda su vida estudiantil recordarán a sus profesores de historia enseñándoles la versión de los vencedores, esa que dice que Hitler por sus afanes expansionistas y su mente diabólica comenzó un pleito internacional llamado Segunda Guerra Mundial. Pues bueno, ustedes no están para saberlo, pero yo se los voy a contar; no sólo que esto no es verdad, sino que es una de las mayores mentiras de la historia universal repetida año tras año a millones de personas en todo el mundo. ¡Y ya va siendo hora de que escuchemos a los acusados!


El Gran Dictador. Película de 1940 escrita, dirigida y protagonizada por Charles Chaplin



Así las cosas, empecemos por el principio. Se le conoce como Segunda Guerra Mundial al conflicto bélico entre naciones ocurrido entre el 1 de septiembre de 1939, cuando el ejército alemán invade Polonia, y el 2 de septiembre de 1945, fecha de rendición de Japón. Y las preguntas obligadas son: ¿Quiénes, por qué, y cómo comenzó la Segunda Guerra Mundial? ¿Por qué Polonia?

Para contestar debo remontarme al 30 de enero de 1933, momento en el cual el Partido Obrero Nacionalsocialista, mejor conocido como Nazis, celebra su entrada al poder en Alemania; ¿la razón de su triunfo?,  millones de alemanes en la miseria y miles muriendo de hambre.

Por cuestiones de espacio no puedo entrar en detalles de cómo Hitler en menos de 10 años, con una brillante política económica y sin ayuda internacional, logra levantar a Alemania, lo único que puedo decir es que este suceso hizo que los aliados mojaran los calzoncillos y pusieran sus barbas a remojar; no fuera ser que otro país quisiera copiar su modelo y echar abajo las teorías económicas imperantes. Había que hacer algo, en pocas palabras… joder a los alemanes.  

Los primeros pasos de Hitler en el entarimado internacional son tímidos y moderados, pero al ver que los vencedores de la Primera Guerra no están dispuestos a ayudar, cambia sus métodos. Se centra primero en territorios aledaños con mayoría de población germana, y mediante plebiscitos logra las anexiones del Sarré, parte de Checoslovaquia, y Renania. ¿Su próxima misión?, Austria.

Si pusieron atención a sus clases de historia en la secundaria, y tuvieron un profesor tan bueno como yo, recordaran que Austria y Alemania fueron un solo imperio (El Imperio Alemán) hasta su derrota en la Primera Guerra Mundial, razón por la cual son obligados a separarse. Por ello, Austria lanza un plebiscito y el 99% de la población está de acuerdo con la unión. Los vencedores dicen no, sin embargo, Hitler desobedece y marcha con su ejército hacia Viena donde es recibido entre lágrimas y flores; al mismo tiempo las tropas austriacas entran en Berlín como señal de reunificación pacífica y común acuerdo. Hasta aquí, ni una sola bala disparada, ni anexión por la fuerza. ¿En dónde está ese maldito psicópata del que me hablaron toda mi primaria?

Hitler entrando a Austria el 12 de marzo de 1938



Remontémonos un poco más atrás para explicar el contexto. La Primera Guerra Mundial termina con el Tratado de Versalles, en el cual se llega al acuerdo que todos los países deben reducir sus tropas militares a lo esencial. Alemania es obligado a cumplir, pero los aliados hacen como que la virgen les habla, e invierten cantidades estratosféricas para modernizan sus tropas. Cuando el partido Nacionalsocialista llega al poder, las tropas aliadas lo superan 97 veces. Hitler, en varias ocasiones, propuso reconsiderar este tratado y regular el armamento mundial, lo mandan olímpicamente al diablo, y secretamente empieza a reconstruir su ejército.

Polonia se siente amenazada por todos lados. Danzig, territorio regalado también en el Tratado de Versalles, tiene 97% de población teutona, además, después de la Primera Guerra, se anexa territorios fronterizos alemanes, quienes debilitados por la guerra no pueden defenderse. Y para acabarla de amolar, los germanos quieren construir vías férreas esenciales para su desarrollo económico; no se puede, pues los polacos tienen controlado el territorio. Hitler quiere negociar y realiza varias propuestas. Polonia las rechaza todas y cada una, pensando claramente en la guerra.

Para 1933 el presidente polaco Pilsudski, pide a Francia iniciar un ataque en común contra Alemania, esta acepta. Ministros alemanes hablan con Churchill (pues Inglaterra es el primer socio comercial de Polonia) para llegar a un acuerdo, este se niega. Lo que queremos es que la economía alemana se destruya por completo; fueron las palabras del afamado primer ministro inglés.

Para mayo del 39 Francia reafirma su apoyo a Polonia y están dispuestos atacar la frontera alemana si Polonia decide invadir por su lado. Mientras tanto en la isla, Inglaterra también se prepara secretamente para atacar Berlín. Hitler intenta por todos los medios poner fin a los conflictos con Polonia cediéndole territorios y control económico sobre varias regiones dadas por la Liga de las Naciones, pero los polacos se siente fuertes porque son respaldados por mamá Francia y papá Inglaterra, así que se niegan a aceptar las propuestas de Hitler.

Polonia inicia la crueldad contra los alemanes. Detenciones arbitrarias, negocios y granjas incendiadas, gente deportada, en plena calle se les dan palizas; en varias ocasiones el ejército polaco abre fuego contra aviones civiles alemanes en su camino a Konigsberg. Miles tratan de escapar, pero el ejército polaco tiene órdenes de disparar a los fugitivos.

Poco antes de iniciar la guerra hay 80 mil alemanes en campos de refugiados. Aquella miseria alemana fue el punto histriónico donde la marrana torció la cola, el verdadero detonante de la Segunda Guerra, y no el afán expansionista de un loco desquiciado. No es mi ambición estar en esto de la guerra, pero sí es crear un nuevo estado nacional y social de la más alta cultura, y cada año de esta guerra me roba tiempo de aquel trabajo, dice Hitler en un discurso radiofónico.

En Rusia también se encienden las luces, y mientras Stalin mata de hambre a los ucranianos y vende su grano al extranjero para pagar la modernización de su ejército, hace negociaciones secretas con Inglaterra y Francia para atacar Alemania.

Para fines de agosto de 1939 Hitler hace un último intento por limar asperezas,  Inglaterra y Francia le dan largas al asunto, Polonia, aconsejado por estas, lo rechaza. El 1 de septiembre el ejército alemán se prepara para atacar a Polonia, y para el 3, Francia e Inglaterra le declaran la guerra. Ese mismo día Polonia empieza una cacería y matan a más de 1000 alemanes en territorios polacos. El 4 de septiembre Inglaterra bombardea buques teutones.  
Alemania aniquila a Polonia en 29 días, y una vez más propone paz a Francia e Inglaterra, ambos rechazan la oferta, pues su objetivo no es ayudar a Polonia, sino hundir a los teutones. El 6 de abril de 1940 Hitler vuelve a ofrecer la paz, la respuesta es el avance de las tropas inglesas sobre aguas noruegas para impedir el abastecimiento de minerales hacia Alemania. Inglaterra sigue desplegando tropas hacia el norte de Francia. El 10 de mayo Inglaterra ocupa Finlandia y mejora su posición, el mismo día Alemania ataca Francia (pues no podían esperar que los atacaran) para derrotarla en 6 semanas. Italia quiere parte de la presa y declara la guerra a Francia el 20 de julio.

No los voy a aburrir con todos los detalles de la Segunda Guerra, así que me adelantaré al 8 de mayo de 1945 cuando el ejército alemán depone las armas.

El ejército ruso toma oficialmente Berlín el 2 de mayo de 1945


Una vez más los vencedores se preparan para el saqueo; cientos de miles de patentes alemanas son expropiadas; tecnología y armamento se envían a Estados Unidos y Rusia; los científicos germanos son deportados, y millones de prisioneros alemanes son reclutados para trabajos forzados durante muchos años. Alemania es culpable de esta miseria, dicen los aliados, y tiene que pagar.

Se calcula que más de 2 millones de mujeres alemanas fueron violadas por el ejército ruso, de las cuales el 10% fueron asesinadas después. Meses antes, las fuerzas aéreas británica y estadounidense bombardean Dresde (ciudad alemana) sin ninguna justificación militar. El 6 de agosto Hiroshima es reducida a escombros por la bomba atómica, y el 9 de agosto una segunda bomba cae sobre Nagazaki. Japón se rinde el 2 de septiembre en el acorazado Missuri anclado en la bahía de Tokio. Exactamente 6 años y un día después, el conflicto mundial más dañino en la historia llega a su fin.

Entre el 20 de noviembre de 1945 y octubre de 1946 son llevados a cabo, en Núremberg Alemania, una serie de juicios para condenar a los criminales de guerra Nazis. Uno de los juicios más hipócritas e infames en la historia de la humanidad, tal vez solo comparable en hipocresía al juicio de Sócrates, pues fue un juicio lleno de dudas, parcialidades y doble moral. 

La acusación a la que debieron responder se basaba en cuatro cargos: (1) crímenes contra la paz (planear, instigar y librar guerras de agresión violando los acuerdos y tratados internacionales). (2) Crímenes contra la humanidad (exterminio, deportaciones y genocidio). (3) Crímenes de guerra (violación de las leyes de guerra). (4) "Haber planeado y conspirado para cometer" los actos criminales anteriormente mencionados.

Los veredictos: Tres acusados fueron absueltos (Hjalmar Schacht, Franz von Papen y Hans Fritzsche); cuatro fueron condenados a penas de entre 10 y 20 años de cárcel (Karl Dönitz , Baldur von Schirach, Albert Speer y Konstantin von Neurath), tres fueron condenados a cadena perpetua (Rudolf Hess, Walther Funk  y  Erich Raeder), y finalmente, 12 fueron condenados a muerte. Diez de ellos fueron ahorcados el 16 de octubre de 1946 (Hans Frank , Wilhelm Frick , Julius Streicher, Alfred Rosenberg, Ernst Kaltenbrunner , Joachim von Ribbentrop, Fritz Sauckel, Alfred Jodl , Wilhelm Keitel y  Arthur Seyss-Inquart), Martin Bormann fue condenado "in absentia" y Herman Goering se suicidó en su celda antes de la ejecución.

Los Juicios de Núremberg, en lugar de una espada de Damocles suspendida sobre la cabeza de cada dictador, usurpador y torturador, es un producto enterrado en el aparato legislativo de los estados; la supuesta protección de la ley para con los “criminales” nazis no fue sino una obra bien montada con Goering como antagonista, y cuyo final ya todos conocíamos desde el comienzo de la función. Pero cumplieron su cometido, ya que etiquetaron al régimen nacionalsocialista y a su líder, Adolf Hitler, como uno de los gobiernos más crueles e inhumanos en la historia de la humanidad.

Más, ¿quién juzga a los gringos por las violaciones y asesinatos a civiles en Okinawa y por las bombas nucleares? ¿Quién juzga a los rusos por las violaciones sistemáticas a las mujeres alemanas y los asesinatos y torturas a prisioneros de guerra? ¿Quién juzga a los franceses por las violaciones a niños Italianos después de la batalla en Monte Casino, o a los ingleses por Dresde?

Recuerdo la película poco comprendida de Tarantino, Bastardos sin gloria, y me pongo a pensar, ¿cuál es la diferencia entre asesinar a miles de seres humanos en hornos, y matarlos con una bomba nuclear? ¿Con qué autoridad moral los aliados erigen un tribunal para juzgar a los nazis por “crímenes contra la humanidad? 


Si efectivamente los nazis merecen ser condenados históricamente por lo que hicieron, ¿por qué los aliados no? Si efectivamente los nazis cometieron genocidio hacia el pueblo judío, ¿por qué los europeos no son juzgados con la misma vara por lo que hicieron y siguen haciendo en América, África y Asia? Sí efectivamente los nazis son el engendro del mal y Hitler el diablo mayor por hacer lo necesario para levantar a su patria, ¿por qué a los judíos y gringos no los denuncia la historia por lo que están haciendo en Palestina desde hace más de medio siglo?

La respuesta es muy sencilla. En la historia de la humanidad los vencedores siempre enjuagan la sangre de sus manos en la pila de los vencidos, y después se encargan que escurra por el desagüe de la historia oficial, para desembocar en las cloacas del olvido. 

Hasta aquí mi relato querido lector. Por favor, no me crea. Investigue, lea, infórmese (dejo bibliografía), pues cada que alguien conoce la versión de los vencidos, estamos un paso más cerca de la justicia.


Adolf Hitler 1889 - 1945

Fuentes:
The War That Had Many Fathers, de Gerd Schultze-Rhonhof
The Churchill legend, de Neilson Francis
Truth for germany, de Udo Walendy
El camino de la guerra, de David Irving